Es una enfermedad crónica degenerativa de la superficie ósea de la articulación de la cadera.
Debido a un desgaste articular la cabeza del fémur (hueso del muslo) ya no encaja bien en el acetábulo (parte articular del muslo).
Esto provoca dolor, inflamación e inestabilidad.
La displasia es una enfermedad multifactorial con un fuerte componente hereditario
Presenta predisposición en razas de tamaño grande (pastores alemanes, labrador retriever, golden retriever, rottweilier, gran danés…)
Sin embargo es imposible detectarla en el momento del nacimiento.
Es por ello muy importante comprender que la reproducción de perros con esta patología no debería permitirse.
Los síntomas suelen aparecer a partir de los 6-8 meses de edad.
Son frecuentes las cojeras de las extremidades posteriores, correr con un conejo, la dificultad en realizar tareas como subir escaleras o saltar y el dolor a la articulación en los animales afectados.
A veces al año de edad los síntomas desaparecen hasta que la progresión del desgasto articular determina artrosis y esto provoca dolor y dificulta el movimiento de la articulación.
El diagnóstico de esta patología se realiza a través de la radiografía, es necesario anestesiar al animal ya que el proceso requiere: varias tomas en posiciones incómodas, relajación muscular y que estén quietos.
Emitir un diagnostico precoz permite tener más opciones terapéuticas.
Desgraciadamente se trata de un proceso degenerativo, crónico y sin cura, aunque existen tratamientos paliativos (antiinflamatorios, condroprotectores…) y quirúrgico para mejorar el bienestar del paciente.
Evitar el sobrepeso y realizar un ejercicio controlado también ayudaran a la salud de la articulación.