¿CÓMO DAR MEDICACIÓN A MI GATO?

Comparteix aquesta publicació

Administrar un comprimido a un gato puede ser una lucha para cualquiera, pero con calma y unos consejos que le daremos pueden ser más fáciles de lo que parece.

En primer lugar debemos saber si el comprimido se puede dividir o triturar y si se puede dar con comida (siempre debemos consultar con nuestro veterinario).

En segundo lugar, debemos elegir el mejor método de administración para nuestro gato (cada gato es diferente).

En tercer lugar, tenemos que mantener la calma todo el tiempo.

Si tenemos alguna dificultad, contactar con nuestro veterinario o auxiliar veterinario. Debemos estar seguros de que:

• Tenemos todo lo que necesitamos preparado.
• Tenemos el tiempo y el método que necesitamos para hacerlo.
• Tanto el gato como nosotros estamos tranquilos y no nos ponemos en riesgo en ningún momento. 
• Si es posible, siempre tener una segunda persona (preferiblemente alguien que el gato conozca y tolere) para ayudarnos.

PRIMERA OPCIÓN: COMIDA


Siempre debemos elegir como primera opción administrar el comprimido escondido con la comida que más le guste (un trocito de pescado, pollo, jamón…) Por ello, nos hemos de asegurar que el gato tiene hambre (retirar la comida durante 12 horas, si es posible, es una buena manera). Recordar que hay comprimidos que los laboratorios hacen con palatabilidad porque les guste el sabor, así que se la puedan comer sin necesidad de esconderlo con comida.

Tras la administración del comprimido, ya le podemos dar su comida habitual. Siempre asegurarnos de que no hay ningún trozo de comprimido que haya podido escupir.

Sujeción

Si el gato no se come voluntariamente el comprimido, debemos darle con nuestras manos.

Si somos dos personas, una se encarga de coger el gato, por detrás, aguantando con las manos por detrás de los codos (foto 1), mientras el otro le da el comprimido.

Foto 1: Sujeción simple de un gato

Si sólo hay una persona, utilizaremos una toalla, la colocamos sobre una mesa y el gato encima. La envolvemos dejando sólo la cabeza libre, cogiéndolo con cuidado pero firmemente (foto 2).

Foto 2: Sujeción de un gato con una toalla

SEGUNDA OPCIÓN: LA MANO


Con el gato bien sujeto, cogemos con una mano la cara del gato, sujetando la mandíbula con los dedos índice y pulgar. (Foto 3)

Foto 3: Sujeción de la cabeza con una mano

Con la otra mano, cogemos con estos dos dedos el comprimido, y con el dedo corazón abrimos la boca del gato empujando los dientes incisivos inferiores hacia abajo. Introducimos el comprimido en el fondo de la boca. (Foto 4)

Debemos asegurarnos de que se ha tragado el comprimido.

Este procedimiento debe realizarse de una forma rápida pero con mucha amabilidad hacia el gato, y si es posible a la primera, ya que cada repetición del procedimiento será más complicado.

Foto 4: dejamos el comprimido en el fondo de la boca

TERCERA OPCIÓN: JERINGA


La tercera opción es administrar la pastilla con jeringa. Por ello, debemos triturarla (a veces con el mismo émbolo de la jeringa se puede hacer), meter el polvo dentro de la jeringa y absorber agua. Remover la jeringa.

Con el gato igualmente cogido, introducimos la punta de la jeringa por detrás de un colmillo, e introducimos el contenido. (Foto 5)

Esta técnica puede hacer babear durante un rato y los estresa un poco, por eso no se la primera opción.

Foto 5: introducimos la punta de la jeringa por detrás de un colmillo

Si estamos intentando administrar el comprimido y no lo conseguimos y el gato empieza a estar estresado, siempre es mejor parar y esperar un buen rato para volver a intentarlo.

Si te ha gustado este post compártelo en tu red social preferida con el botón de la parte superior, debajo de foto. O en este enlace: COMPARTE

Pueden interesarte también estos artículos:

LA IMPORTANCIA DEL ENREQUECIMIENTO AMBIENTAL EN LOS GATOS

CAMBIOS DE DIETA EN GATOS, NO SIEMPRE ES TAN FACIL

LOS 11 CONSEJOS PARA LLEVAR TU GATO A LA CLINICA

Subscriu-te al nostre butlletí

I Rep les nostres actualitzacions

Més per explorar

Consejos básicos

FOBIA A LOS PETARDOS Y TRUENOS

Estadísticamente el 50% de los perros tienen miedo o fobia a los ruidos fuertes como petardos o truenos.  Lo pueden expresar con reacciones que van